Champiñones al ajo negro (bajo en grasa)
Hacía tiempo que tenía el ajo negro en casa, guardado como oro, esperando en un rincón de la despensa a que yo lo usase. Pero había en mí una gran duda ¿cómo usarlo? ¿dónde ponerlo? ¿a qué sabría? Claro, dado a su color, una piensa en la típica tostada que se ha carbonizado y no hay nadie que se coma eso, ni aunque le pongas kilos de tomate refregado o Hummus. En la frutería encontré unos champiñones enormes que me hacían ojitos. Me encantan a la plancha, crudos en ensalada, en crema... Pero al ajillo ¡uf! Es la típica tapa que tienen en los bares que siempre me gusta como guarnición. Así que hoy al ir a prepararlos al ajillo me acordé del botecillo que me pedía por favor una oportunidad. Y así salió este plato.
Ingredientes:
5 champiñones grandes
2 dientes de ajo negro
1/2 cuchara de postre aceite
Una pizca de sal marina
Una pizca de perejil fresco picado o seco.
Preparación:
Lavar y cortar a octavos o cuartos (según tamaño) los champiñones.
Echar el aceite a la sartén, que estará a fuego lento.
Añadir los champiñones y la sal.
Remover hasta que se dore, añadir el perejil y el ajo finamente laminado. (Si se os queda corto de grasa, basta con tapar la sartén para que salgan sus propios jugos)
Dar un par de vueltas y listo.
Propiedades:
El ajo negro se elabora a partir de una fermentación natural de unos 60 a 90 días. No tiene ni el olor, ni el sabor característico del ajo crudo. La textura cambia, parece que estuviese cocido, y su sabor me recuerda (muy ligeramente) al regaliz.
Aporta los 8 aminoácidos considerados como esenciales.
Mejora la inmunidad del cuerpo.
Es antioxidante, lucha contra la fatiga, fortalece la masculinidad y un largo etc
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